sábado, 6 de abril de 2013


En su acostumbrado Análisis de Coyuntura, el Centro Bonó manifestó la necesidad de implementar un reajuste general de los salarios, debido a la presente coyuntura económica y la demanda de diversos sectores del país.

Según Roque Féliz, vocero del Centro Bonó, hay dos razones principales para demandar dicho ajuste: el primero es el impacto que ha tenido la reforma tributaria en el encarecimiento de la canasta básica de bienes y servicios, la cual actualmente ronda unos RD$ 26.615,  repercutiendo así en el alza en los precios de los alimentos, el transporte, las medicinas y los servicios básicos de salud, educación y telecomunicación, y constriñendo el presupuesto de las familias dominicanas.

En declaraciones a los medios, Féliz indicó que la segunda razón para solicitar el ajuste salarial es la inflación acumulada de enero de 2011 a febrero de 2013, que según datos del Banco Central es de 13.75%, lo que obliga al Comité Nacional a realizar una revisión de las tarifas base de los salarios mínimos, de conformidad con el artículo 456 del Código de Trabajo.

“Es una paradoja que la economía dominicana y el comercio crezca sin generar un impacto en la creación de empleos y mejora de los salarios. Esta problemática trasciende lo coyuntural y pone de manifiesto la necesidad de transformaciones estructurales en la economía dominicana” apuntó Féliz.

Expresó que el sistema empresarial dominicano se caracteriza por una heterogeneidad estructural que debe ser tomada en cuenta al momento de considerar las políticas de empleo y de ajuste salarial, indicando a su vez, que en ningún caso es razonable que las personas reciban un salario desproporcional a sus necesidades considerando las posibilidades financieras, el tamaño y las ventas de sus empleadores.

El Centro Bonó ve con pesar la ley del embudo en muchas instituciones públicas y empresas, donde funcionarios y ejecutivos de alta gerencia exhiben niveles de ingresos y consumo de lujo mientras los-as trabajadores-as no reciben una retribución razonable y acorde con las posibilidades de las entidades donde laboran. 

“Es importante recordar que los incrementos salariales de las personas que menos tienen se traducen en una ampliación de la demanda efectiva y del ahorro de la población, y que esta alta propensión al consumo tiene un efecto multiplicador en la economía doméstica,  aumenta la demanda de bienes y servicios básicos en los hogares de menos ingresos, permitiendo una dinamización del bienestar mejor distribuida. Esto es fundamental para la cohesión social y la integración socio-productiva  de los agentes económicos” destacó Féliz.

Consideraron pertinente que los actores laborales, empleadores y estatales que convergen en el Comité Nacional de Salarios, y en cualquier otra mesa de negociación socio-laboral,  tomen en cuenta la realidad del encarecimiento de la canasta básica y  el impacto de la reforma tributaria en la vida de la gente. Por eso, y sin dejar de tomar en cuenta la heterogeneidad estructural del aparato productivo nacional, se hace imperativa  una política de ajuste de los salarios que permita a la población el poder de compra perdido por la inflación.

 “Es inadmisible que el país sustente su crecimiento económico y su desarrollo comercial en salarios que no le permiten a la población tener una vida digna.  A largo plazo, esto pone de manifiesto la necesidad de transformar el modelo de desarrollo económico del país, de fomentar la productividad sostenible de los sectores que producen bienes y servicios, para que el consumo doméstico no dependa tanto de la importación de alimentos ni  de la especulación en los mercados”.

Hoy que resurge el reclamo nacional de reajuste de salarios, y que los altos funcionarios del Estado han dado el ejemplo con sus “justificados” aumentos, el Centro Bonó hace un llamado a los sectores empleadores, incluyendo al Estado como principal empleador en los sectores básicos como salud, educación y seguridad pública, a abocarse a la concentración de pactos socio-laborales que pongan en una perspectiva de mayor equidad y razonabilidad la situación de los trabajadores y las trabajadoras del país.

“Para recuperar la capacidad de compra que tenían los hogares en el 2011, el ajuste de los ingresos que tendrían que recibir los-as trabajadores-as debe ser de al menos un 14%”, cerró Féliz.

En el Análisis de Coyuntura, además estuvieron presentes Pavel Issa, economista que abordó el tema: cómo responder a la dinámica económica y al entorno comercial de la República Dominicana, con una retribución decente y digna del trabajo, y por otro lado,  Antonio Aquino, representante de la CNUS exponiendo la propuestas del sector sindical en torno a la demanda salarial.

La actividad culminó al rededor del medio día con una plenaria en donde los expositores respondían inquietudes de los participantes.

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