Aprovecho esta ocasión “El Día del Periodista” para expresar mi indignación frente a un atropello del cual fue víctima el periodista Genris García y por ende mi familia. 

Ser periodista es servir, informar, ser “un soporte en sistema democrático” en fin son muchas las calificaciones. 

Sin embargo, lo vivido por el Periodista Genris García (mi compañero”) en recientemente, que por poco pierde la vida y la de mi familia (llámese mi hijo menor y mi hermana) te deja un sin sabor y te pone a pensar que es ¡Ser un periodista! Para el común de la gente. 

Todavía retumban en mis oídos las palabras de aquel “mocho” gritar ¡es el periodista, es el periodista”, acusando a Genris García de instigar para que desalojan el improvisado mercado del Almirante. 

Para muchos los periodistas somos mentirosos, bochinchosos, Chivatos y mil atribuciones cuando no conviene tenerte cerca.

Para otros somos buenos cuando se trata de arreglar las calles del barrio, cuando no hay servicio de agua, cuando no hay servicio de energía eléctrica etc. etc., etc.………. 

Pero hay de ti cuando en nombre de tus derechos le llamas la atención a vecinos de tu comunidad con “no pongan la basura ahí, bajen el Radio, por favor mueva ese vehículo”, ahí el vecino periodista se convierte en lo peor. 

Qué difícil es tener la profesión de Periodista, ante gente que no entiende que somos sus mejores aliados, ante la peor de las dificultades que somos las “voces de los que realmente no tienen Voz”.

Que esta profesión es un sacerdocio, en mi condición de periodista me siento orgullosa de ofrecer mis conocimientos a más 65 mil maestros y maestras en la Asociación Dominicana de Profesores (ADP). 

Me siento orgullosa de mi clase, de los que se levantan día a día y les anima seguir a pesar de tropezar. 

Me siento orgullosa de mi clase que en los momentos difíciles ha estado ahí, respaldando, solidarios y decididos a seguir luchando para en nombre de lo que se escribe seguir ofreciendo información y desempeñando la profesión de Periodista con dignidad y respeto.

Somos una generación que no se tuerce a pesar de los pesares y eso vale porque te dice que nuestros hijos tendrán ese ejemplo y eso es lo que cuenta.