WASHINGTON.- La renuncia de Dennis Blair ha dejado a Estados Unidos sin jefe del espionaje en un momento crítico para su seguridad, tras los atentados fallidos de Detroit y Nueva York.
Blair anunció anoche su retirada 16 meses después de que el presidente Barack Obama le nombrara por sorpresa como el tercer director de Inteligencia Nacional, un puesto creado en 2004 por la comisión que investigó los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Su salida se produce cuando la Casa Blanca tiene que tomar decisiones fundamentales en su política exterior como el programa nuclear iraní, el futuro de Afganistán y la expansión de la insurgencia a áreas tribales de Pakistán.
El oficial retirado de la Marina informó el jueves en un comunicado de que abandonará su cargo a partir del próximo viernes 28 de mayo, sin dar detalles de las razones de su renuncia.
Presidente Obama
Se convirtió así en el primer alto cargo del equipo de seguridad nacional de Obama en abandonar su puesto.
La salida de Blair deja vacante una de las posiciones críticas en la seguridad nacional en un momento en el que los servicios de espionajes se enfrentan a una gran presión para combatir las amenazas terroristas emergentes.
Sobre todo después de que el 25 de diciembre un estudiante de origen nigeriano, Faruk Abdulmutallab, intentara explotar un dispositivo que llevaba oculto en su ropa interior en un vuelo de Amsterdam a Detroit, y de que este mes un estadounidense de origen paquistaní colocara un coche bomba en Nueva York que no estalló.
Según el New York Times, que define la relación entre Obama y Blair como “profesional pero no cercana”, la Casa Blanca ha perdido la confianza en él después de que las agencias hayan fallado en detectar conspiraciones terroristas relativamente sencillas.
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, señaló hoy en su rueda de prensa diaria que “el presidente simplemente cree que es tiempo para una transición a un nuevo director de Inteligencia Nacional”.
No obstante, aunque reconoció que hay una serie de objetivos que el almirante ha cumplido, agregó que basándose en los resultados del intento de atentado del día de Navidad, “todavía hay ciertos asuntos de coordinación en los que hay que trabajar”.
Según Gibbs, el presidente “ha hablado con un número de candidatos bien cualificados y hará el anuncio del próximo director nacional de Inteligencia pronto”.
Las apuestas ya están sobre la mesa y tanto el Post como el New York Times apuntan al teniente general retirado de las Fuerzas Aéreas James R. Clapper, el actual subsecretario de Inteligencia del Pentágono, como posible sustituto.
Según indicó un alto funcionario en condición de anonimato, Clapper encabeza la lista de los candidatos, aunque la Casa Blanca también está discutiendo la posibilidad de que sea el ex senador republicano de Nebraska, Chuck Hagel, que estuvo vinculado a asuntos militares y de seguridad mientras ocupó un escaño en la Cámara Alta.
El nombre de Hagel se barajó entre los candidatos como posible secretario de Defensa cuando el presidente Obama comenzó a organizar su gabinete, aunque finalmente decidió que continuara en el puesto Robert Gates.
Además forma parte de una comisión creada por Obama para proporcionar asesoramiento independiente al presidente acerca del estado de los servicios secretos y su efectividad.
El tercer nombre que suena es el de John Hamre, ex subsecretario de defensa que dirige la Junta de Políticas de Defensa.
Como director de Inteligencia, Blair estuvo a cargo de la coordinación de 16 agencias gubernamentales dedicadas a la recolección de datos de inteligencia y lucha contra el terrorismo.
Mientras tanto, hasta que el Senado confirme el nuevo cargo, permanecerá como director en funciones el subdirector, David Gompert.
Blair anunció anoche su retirada 16 meses después de que el presidente Barack Obama le nombrara por sorpresa como el tercer director de Inteligencia Nacional, un puesto creado en 2004 por la comisión que investigó los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Su salida se produce cuando la Casa Blanca tiene que tomar decisiones fundamentales en su política exterior como el programa nuclear iraní, el futuro de Afganistán y la expansión de la insurgencia a áreas tribales de Pakistán.
El oficial retirado de la Marina informó el jueves en un comunicado de que abandonará su cargo a partir del próximo viernes 28 de mayo, sin dar detalles de las razones de su renuncia.
Presidente Obama
Se convirtió así en el primer alto cargo del equipo de seguridad nacional de Obama en abandonar su puesto.
La salida de Blair deja vacante una de las posiciones críticas en la seguridad nacional en un momento en el que los servicios de espionajes se enfrentan a una gran presión para combatir las amenazas terroristas emergentes.
Sobre todo después de que el 25 de diciembre un estudiante de origen nigeriano, Faruk Abdulmutallab, intentara explotar un dispositivo que llevaba oculto en su ropa interior en un vuelo de Amsterdam a Detroit, y de que este mes un estadounidense de origen paquistaní colocara un coche bomba en Nueva York que no estalló.
Según el New York Times, que define la relación entre Obama y Blair como “profesional pero no cercana”, la Casa Blanca ha perdido la confianza en él después de que las agencias hayan fallado en detectar conspiraciones terroristas relativamente sencillas.
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, señaló hoy en su rueda de prensa diaria que “el presidente simplemente cree que es tiempo para una transición a un nuevo director de Inteligencia Nacional”.
No obstante, aunque reconoció que hay una serie de objetivos que el almirante ha cumplido, agregó que basándose en los resultados del intento de atentado del día de Navidad, “todavía hay ciertos asuntos de coordinación en los que hay que trabajar”.
Según Gibbs, el presidente “ha hablado con un número de candidatos bien cualificados y hará el anuncio del próximo director nacional de Inteligencia pronto”.
Las apuestas ya están sobre la mesa y tanto el Post como el New York Times apuntan al teniente general retirado de las Fuerzas Aéreas James R. Clapper, el actual subsecretario de Inteligencia del Pentágono, como posible sustituto.
Según indicó un alto funcionario en condición de anonimato, Clapper encabeza la lista de los candidatos, aunque la Casa Blanca también está discutiendo la posibilidad de que sea el ex senador republicano de Nebraska, Chuck Hagel, que estuvo vinculado a asuntos militares y de seguridad mientras ocupó un escaño en la Cámara Alta.
El nombre de Hagel se barajó entre los candidatos como posible secretario de Defensa cuando el presidente Obama comenzó a organizar su gabinete, aunque finalmente decidió que continuara en el puesto Robert Gates.
Además forma parte de una comisión creada por Obama para proporcionar asesoramiento independiente al presidente acerca del estado de los servicios secretos y su efectividad.
El tercer nombre que suena es el de John Hamre, ex subsecretario de defensa que dirige la Junta de Políticas de Defensa.
Como director de Inteligencia, Blair estuvo a cargo de la coordinación de 16 agencias gubernamentales dedicadas a la recolección de datos de inteligencia y lucha contra el terrorismo.
Mientras tanto, hasta que el Senado confirme el nuevo cargo, permanecerá como director en funciones el subdirector, David Gompert.
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