El informe revela detalles sorprendentes, señalando que Jackson estaba tan flaco como un esqueleto.
Se informó que Jackson, de 178 centímetros de alto, tenía un peso de tan sólo 57 kilos al morir debido a la inapetencia. Durante muchos años él sólo comía una vez al día. Después de la anatomía de su cadáver, se comprobó que no había remanentes de alimentos en su estómago, sino sólo un motón de pastillas.
El informe muestra también que él estaba calvo y tenía unos cuantos pelos en la cabeza, de manera que él usaba siempre peluca. Al lado de su oreja izquierda había una cicatriz grande, posiblemente a consecuencia de la quemadura insperada que él sufrió al hacer anuncio para Pepsicola en 1984. Debido a los primeros auxilios CPR, dejaron que él tuviera 4 cosquillas fracturadas. Sus dos rodillas tenían quemaduras no identificadas. Había nueva herida en su espalda, lo que muestra que tuvo accidente ultimamente. Sus nalgas, piernas y brazos estaban llenos de agujeros, que debían ser huellas dejadas por las inyecciones de tranquilizante durante muchos años. Según se informó, durante muchos años, él necesitaba poner inyección de tranquilizante 3 veces al día.
Además, su cara tenía huellas dejadas por muchas operaciones faciales de estética. Se le hicieron por lo menos 13 operaciones faciales de estética. El ya no tenía caballete y estaba con la nariz chata a la derecha. (Pueblo en Línea)
01/07/2009
En los ochenta, Jackson se sometió a una rinoplastia que sería el inicio de una transformación radical de su rostro. Asimismo en vida sólo aceptó haberse sometido a dos cirugías de nariz y de haber padecido vitiligo (una enfermedad de la piel en la que las células que producen pigmentación son destruidas). Pero los expertos en cirugía plástica tienen otra opinión: el vitiligo por sí solo no hubiera dejado el color de su piel como él lo tenía y, basándose en fotos de su vida, cirugías de párpados, implantes de mejillas, trabajo de mentón y blanqueo de la piel, son sólo algunos de los arreglitos a los que probablemente Jackson se sometió.
El doctor Wallace Goodstein, quien trabajó con el cirujano de cabecera de Jackson en los noventa asegura que "no hay duda que Michael se realizó muchísimas cirugías inapropiadas, y le fueron contraproducentes".
Se informó que Jackson, de 178 centímetros de alto, tenía un peso de tan sólo 57 kilos al morir debido a la inapetencia. Durante muchos años él sólo comía una vez al día. Después de la anatomía de su cadáver, se comprobó que no había remanentes de alimentos en su estómago, sino sólo un motón de pastillas.
El informe muestra también que él estaba calvo y tenía unos cuantos pelos en la cabeza, de manera que él usaba siempre peluca. Al lado de su oreja izquierda había una cicatriz grande, posiblemente a consecuencia de la quemadura insperada que él sufrió al hacer anuncio para Pepsicola en 1984. Debido a los primeros auxilios CPR, dejaron que él tuviera 4 cosquillas fracturadas. Sus dos rodillas tenían quemaduras no identificadas. Había nueva herida en su espalda, lo que muestra que tuvo accidente ultimamente. Sus nalgas, piernas y brazos estaban llenos de agujeros, que debían ser huellas dejadas por las inyecciones de tranquilizante durante muchos años. Según se informó, durante muchos años, él necesitaba poner inyección de tranquilizante 3 veces al día.
Además, su cara tenía huellas dejadas por muchas operaciones faciales de estética. Se le hicieron por lo menos 13 operaciones faciales de estética. El ya no tenía caballete y estaba con la nariz chata a la derecha. (Pueblo en Línea)
01/07/2009
En los ochenta, Jackson se sometió a una rinoplastia que sería el inicio de una transformación radical de su rostro. Asimismo en vida sólo aceptó haberse sometido a dos cirugías de nariz y de haber padecido vitiligo (una enfermedad de la piel en la que las células que producen pigmentación son destruidas). Pero los expertos en cirugía plástica tienen otra opinión: el vitiligo por sí solo no hubiera dejado el color de su piel como él lo tenía y, basándose en fotos de su vida, cirugías de párpados, implantes de mejillas, trabajo de mentón y blanqueo de la piel, son sólo algunos de los arreglitos a los que probablemente Jackson se sometió.
El doctor Wallace Goodstein, quien trabajó con el cirujano de cabecera de Jackson en los noventa asegura que "no hay duda que Michael se realizó muchísimas cirugías inapropiadas, y le fueron contraproducentes".
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