viernes, 19 de junio de 2009

ESCUCHA LA VOZ DE DIOS NO LA IGNORE POR TU BIEN


Cada dia se escuchan resonar muchas voces que parecen difundir un mensaje de esperanza. Sin embargo, debdmos estar atentos. Las imperfecciones humanas nos limitan, y por eso hace necesario escuchar la vos de Dios.
LA BIBLIA nos dice que debemos andar en la paz de Dios, temiéndole, guardando sus mandamientos y escuchando su voz. Deuteronomio 13:4.
La voz de Dios clama por tí, porque está interesado en cambiar tu vida, quiere bendecirte, prolongar tus días y darte salvación. Deuteronomio 30:20, Salmos 19:4.
Recordemos las palabras de jesús cuando dice: mis ovejas oyen mi voz y las llamo por su nombre. Juan 10.3.
Tú también puedes ser parte del redil, dando el paso más importante de la vida: RECIBIR A CRISTO COMO TU SALVADOR.
Si oyeres hoy su voz, no endurezcas tu corazón. Salmos 95:7-8. Jesucristo te dice: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, yo entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. Apocaplisis 3:2.
Esta es la voz de Dios que te habla al corazón. Escuchala... No la desprecies.
Busca al señor, recíbelo como tu salvador.
Bautízate para el perdón de tus pecados. Hechos 2:38.
Y empieza a vivir de una forma en la que Cristo sea el Señor de tu vida.
Muchos viven en un mundo de fantasía, y se entregan a las drogas o al licor y lo que encuentran es la muerte física y espiritual.
Solo Cristo puede salvarte y quitarte el vicio. El dijo ´´Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar´´. Mateo 11:28.
Cuando tu dejas que Cristo tome tu vida te convierte en un ser nuevo.
De nuevo que si algunos esta en Cristo, nueva criatura es, y las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17.
Amigo, tu que no has recibido a nuestro Señor Jesucristo como tu único Salvador, te exhorto que lo hagas ahora mismo, luego puede ser demasiado tarde, Cristo te ama, buscalo.

BUSCA A JEHOVA mientras pueda ser hallado. Isaías 55.6.
Poned la mira en las cosas de arriba. Colosenses Cap. 3:2.
AMEN

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