jueves, 10 de enero de 2008

LA CEBOLLA, SUMAMENTE CURATIVA

Nada se compara con el sabor de la cebolla en las comidas. Aunque sus virtudes van más allá. Esconde uno de los mejores remedios para curar el pecho apretado.

Incluso algunos le atribuyen efectos afrodisíacos.

Es uno de los vegetales más versátiles, además de sus propiedades para tratar afecciones respiratorias, es el ingrediente ideal para prevenir problemas cardiovasculares. Así lo explica la nutricionista Matilde Vásquez.

Según la doctora, la cebolla evita la cuagulación de la sangre, reduce la tensión arterial y funciona como un antioxidante.
Cada cebolla es una fuente de energía y salud que genera en el organismo vitaminas, minerales, potasio y fibras.

También posee propiedades diuréticas y depurativas. “Sus compuestos estimulan la producción del colesterol saludable, regulan el azúcar de la sangre y eliminan las bacterias”, explica la doctora.
Y a medida que pasa el tiempo sus propiedades aumentan. Estudios recientes asocian el consumo de la cebolla con la inhibición del cáncer.

Los compuestos azufrados parecen ser los responsables en la lucha contra la aparición de células cancerosas.

Lo ideal es consumirla al instante y preferiblemente cruda. Matilde Vásquez explica que de esa manera se pueden aprovechar todas sus propiedades, además es un vegetal que se descompone fácilmente.

Una parte de sus vitaminas se pierde cuando se corta y se cuece. Pero si te preocupa su fuerte sabor, puedes mezclarla con otros vegetales, ingerirla en ensaladas o en algún aderezo.
Hay múltiples opciones para prepararlas. En guisos, sándwiches, purés, sopas, pastas, fritas o al horno, son sólo algunas de ellas. Marcos Moreno, chef del restaurante Taboo Bamboo, dice que es ideal para consumir con carnes rojas, pastas y acompañar con una copa de vino tinto. “La cebolla enriquese el sabor de cualquier plato”, argumenta.
Si vas a poner a flote tus dotes culianarios, pero te preocupa el “lagrimeo” o su peculiar aroma, es mejor mojarla y desmenuzarla capa por capa que cortarla. Así los compuestos responsables de las lágrimas no salpicarán.

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