Washington.- La Policía dijo que Colton Tooley, un estudiante de 19 años, es el responsable del tiroteo ocurrido en el campus de la Universidad de Texas, en Austin, tras el que se suicidó.
El jefe de la Policía de Austin, Art Acevedo, descartó que haya heridos y que haya una segunda persona armada como se sospechaba en un principio, según informó el diario local American Statesman.
Tooley es así la única víctima del suceso ya que los disparos no hirieron a nadie, según Acevedo, que declaró la situación bajo control.
La Policía atribuyó la confusión sobre el número de sospechosos armados al hecho de que el joven fallecido disparó en varios lugares del campus.
Según el diario local, agentes policiales se han desplazado a la casa del agresor para proceder a un registro. Por el momento, se desconocen los motivos del incidente.
Los primeros resultados de una investigación todavía en curso han demostrado que el estudiante disparó un arma automática, modelo AK-47, en calles cercanas a la universidad a las 8.15 hora local (13.15 GMT).
Agentes policiales persiguieron al agresor y éste huyó hacia la Biblioteca Perry Castaneda, donde al parecer se produjeron más disparos 15 minutos después.
El centro educativo procedió a cerrar el campus y a cancelar las clases durante todo el día. Igualmente, cortaron las calles de acceso al centro.
Las autoridades universitarias y policiales no ofrecieron ninguna información sobre los motivos o las causas del incidente, ni la identidad del agresor fallecido.
Medios locales informaron que testigos escucharon al menos una decena de disparos y que el agresor llevaba una máscara de esquí negra.
El suceso ocurrió en el mismo campus universitario donde en 1966 un estudiante de 25 años, Charles Whitman, disparó y mató a 14 personas con un rifle desde una torre a unos 95 metros de altura en el centro de la universidad.
El agresor había matado antes a su madre y a su esposa, e hirió a decenas de personas en medio de una escena de pánico que duró 90 minutos, hasta que el francotirador murió de un disparo de la Policía.
Aquella histórica masacre no fue la última ni la mayor tragedia en un centro escolar en EE.UU., pero sí una de las primeras con armas de fuego y que abrió el debate sobre el acceso a éstas en el país.
Sin embargo, el incidente más mortífero en un centro escolar ocurrió en 1927 cuando un directivo educativo puso una bomba en una escuela en el estado de Maine y mató a 44 personas.
Otra de las más recientes masacres y que persiste viva en la memoria de los estadounidenses es la de la Universidad Politécnica de Virginia, donde el estudiante Seung-Hui Cho mató en 2007 a 32 personas y se suicidó.
El jefe de la Policía de Austin, Art Acevedo, descartó que haya heridos y que haya una segunda persona armada como se sospechaba en un principio, según informó el diario local American Statesman.
Tooley es así la única víctima del suceso ya que los disparos no hirieron a nadie, según Acevedo, que declaró la situación bajo control.
La Policía atribuyó la confusión sobre el número de sospechosos armados al hecho de que el joven fallecido disparó en varios lugares del campus.
Según el diario local, agentes policiales se han desplazado a la casa del agresor para proceder a un registro. Por el momento, se desconocen los motivos del incidente.
Los primeros resultados de una investigación todavía en curso han demostrado que el estudiante disparó un arma automática, modelo AK-47, en calles cercanas a la universidad a las 8.15 hora local (13.15 GMT).
Agentes policiales persiguieron al agresor y éste huyó hacia la Biblioteca Perry Castaneda, donde al parecer se produjeron más disparos 15 minutos después.
El centro educativo procedió a cerrar el campus y a cancelar las clases durante todo el día. Igualmente, cortaron las calles de acceso al centro.
Las autoridades universitarias y policiales no ofrecieron ninguna información sobre los motivos o las causas del incidente, ni la identidad del agresor fallecido.
Medios locales informaron que testigos escucharon al menos una decena de disparos y que el agresor llevaba una máscara de esquí negra.
El suceso ocurrió en el mismo campus universitario donde en 1966 un estudiante de 25 años, Charles Whitman, disparó y mató a 14 personas con un rifle desde una torre a unos 95 metros de altura en el centro de la universidad.
El agresor había matado antes a su madre y a su esposa, e hirió a decenas de personas en medio de una escena de pánico que duró 90 minutos, hasta que el francotirador murió de un disparo de la Policía.
Aquella histórica masacre no fue la última ni la mayor tragedia en un centro escolar en EE.UU., pero sí una de las primeras con armas de fuego y que abrió el debate sobre el acceso a éstas en el país.
Sin embargo, el incidente más mortífero en un centro escolar ocurrió en 1927 cuando un directivo educativo puso una bomba en una escuela en el estado de Maine y mató a 44 personas.
Otra de las más recientes masacres y que persiste viva en la memoria de los estadounidenses es la de la Universidad Politécnica de Virginia, donde el estudiante Seung-Hui Cho mató en 2007 a 32 personas y se suicidó.
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