Copiapó (Chile).- Con un emotivo acto y un sonoro bocinazo se homenajeó hoy a los 33 mineros atrapados en el norte de Chile un mes después del derrumbe que los encerró a 700 metros bajo tierra.
Las labores de rescate, en tanto, avanzan lentamente con la única perforadora que está en marcha, aunque el inicio de la excavación con una segunda máquina es inminente en las próximas horas, dijeron fuentes oficiales.
El optimismo y buen humor que se respira en el campamento "Esperanza" desde hace días cedió el paso por unos instantes a la nostalgia y el recuerdo de los 33 trabajadores, que el pasado 5 de agosto quedaron atrapados en la mina San José.
Un grupo de familiares, acompañados por el ministro chileno de Minería, Laurence Golborne, subieron al cerro contiguo a la mina, donde flamean 32 banderas chilenas, una boliviana y otra uruguaya, ésta última donada por los supervivientes de la tragedia de Los Andes que visitaron el campamento el sábado.
Golborne izó una bandera chilena y, megáfono en mano, nombró a los 33 trabajadores ante los aplausos de sus allegados, la mayoría de los cuales no pudieron contener las lágrimas.
Posteriormente, se cantó el himno nacional mientras los vehículos hacían sonar el claxon en un sonoro bocinazo pocos minutos antes de las 14.00 hora local (18.00 GMT), aproximadamente la misma hora en que se produjo el derrumbe el pasado 5 de agosto.
Golborne aseguró a los periodistas que la jornada de hoy "es un momento de reflexión, de recogimiento, no es un momento de celebración".
"Es un momento de esperanza, de que logremos en el menor tiempo posible traerlos a la superficie y devolverlos a sus familias y poder terminar esta labor de rescate", añadió.
La Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) informó que la perforadora "Raise Borer Strata 950", que empezó a cavar el martes pasado, alcanzó los 42 metros de profundidad.
El lento avance se debe a que las fallas geológicas halladas en la mina obligaron a cubrir el túnel con cemento y perforar por segunda vez buena parte del conducto excavado.
Mientras tanto, se informó de la inminente puesta en marcha de la segunda alternativa, el "Plan B", la perforación con la máquina "Schramm T-130", que ensanchará una de las sondas utilizadas para comunicarse con la galería para convertirla en eventual vía de evacuación.
Los 33 mineros y sus allegados mantuvieron este domingo la segunda videoconferencia en tiempo real, un día después de sostener la primera, aunque esta vez los equipos de rescate permitieron que las familias conversaran durante cinco minutos.
El sábado se restringió la duración del contacto audiovisual a apenas un minuto, lo que generó la molestia y las protestas de los familiares.
"Hoy fue maravilloso, pudimos hablar bien con ellos y vimos que realmente están bien. Estamos muy contentos", dijo a Efe Rafael Peña, hermano de Edison Peña, uno de los mineros atrapados.
La celebración de las fiestas patrias el próximo 18 de septiembre, dentro y afuera del yacimiento San José, fue otro de los temas de conversación en el campamento "Esperanza".
El primero en referirse al tema fue el psicólogo Alberto Iturra, responsable del equipo de apoyo psicológico a los 33 mineros, que se mostró contrario a enviarles empanadas y vino ese día, como había planteado días atrás el ministro chileno de Salud, Jaime Mañalich.
"No podemos arriesgarnos a una indigestión abajo, porque de nuevo perderíamos peso, de nuevo habría deshidratación y de nuevo tendríamos problemas infecciosos que no es saludable", dijo el psicólogo a los periodistas.
Sobre la posibilidad de ofrecerles vino, el psicólogo se opuso "terminantemente" porque no sabe en qué condiciones se encuentran.
"¿Qué pasa si alguien no se lo quiere tomar y se lo da al del lado y el otro tampoco se lo quiere tomar y se concentra el alcohol en tres o cuatro personas? ¿Cómo nos hacemos cargo de eso?", se preguntó Iturra.
En el campamento "Esperanza", varias familias se enfrascaron en una acalorada discusión en torno a los festejos del 18 de septiembre, aunque el centro de la discordia fue cómo celebrar las fiestas patrias en las afueras de la mina San José, no a 700 metros bajo tierra.
Mientras algunos sostenían que no hay nada que festejar, otros veían con buenos ojos la proposición de algunos alcaldes de la zona, que ofrecieron hacerse cargo de la carne para preparar un asado, aunque sin vino ni bebidas alcohólicas.
Reunidos bajo una carpa, ambos bandos sumaron argumentos a favor y en contra hasta que se decidió celebrar las fiestas patrias pero "sin gran pomposidad", según las familias.
Los ediles de Vallenar y Copiapó fueron los encargados de poner paños fríos a la discusión, y recordaron que en el sur del país hay 32 presos mapuches que cumplen 56 días en huelga de hambre
"También hay que recordarlos y rendirles un homenaje", sostuvieron los alcaldes.
Las labores de rescate, en tanto, avanzan lentamente con la única perforadora que está en marcha, aunque el inicio de la excavación con una segunda máquina es inminente en las próximas horas, dijeron fuentes oficiales.
El optimismo y buen humor que se respira en el campamento "Esperanza" desde hace días cedió el paso por unos instantes a la nostalgia y el recuerdo de los 33 trabajadores, que el pasado 5 de agosto quedaron atrapados en la mina San José.
Un grupo de familiares, acompañados por el ministro chileno de Minería, Laurence Golborne, subieron al cerro contiguo a la mina, donde flamean 32 banderas chilenas, una boliviana y otra uruguaya, ésta última donada por los supervivientes de la tragedia de Los Andes que visitaron el campamento el sábado.
Golborne izó una bandera chilena y, megáfono en mano, nombró a los 33 trabajadores ante los aplausos de sus allegados, la mayoría de los cuales no pudieron contener las lágrimas.
Posteriormente, se cantó el himno nacional mientras los vehículos hacían sonar el claxon en un sonoro bocinazo pocos minutos antes de las 14.00 hora local (18.00 GMT), aproximadamente la misma hora en que se produjo el derrumbe el pasado 5 de agosto.
Golborne aseguró a los periodistas que la jornada de hoy "es un momento de reflexión, de recogimiento, no es un momento de celebración".
"Es un momento de esperanza, de que logremos en el menor tiempo posible traerlos a la superficie y devolverlos a sus familias y poder terminar esta labor de rescate", añadió.
La Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) informó que la perforadora "Raise Borer Strata 950", que empezó a cavar el martes pasado, alcanzó los 42 metros de profundidad.
El lento avance se debe a que las fallas geológicas halladas en la mina obligaron a cubrir el túnel con cemento y perforar por segunda vez buena parte del conducto excavado.
Mientras tanto, se informó de la inminente puesta en marcha de la segunda alternativa, el "Plan B", la perforación con la máquina "Schramm T-130", que ensanchará una de las sondas utilizadas para comunicarse con la galería para convertirla en eventual vía de evacuación.
Los 33 mineros y sus allegados mantuvieron este domingo la segunda videoconferencia en tiempo real, un día después de sostener la primera, aunque esta vez los equipos de rescate permitieron que las familias conversaran durante cinco minutos.
El sábado se restringió la duración del contacto audiovisual a apenas un minuto, lo que generó la molestia y las protestas de los familiares.
"Hoy fue maravilloso, pudimos hablar bien con ellos y vimos que realmente están bien. Estamos muy contentos", dijo a Efe Rafael Peña, hermano de Edison Peña, uno de los mineros atrapados.
La celebración de las fiestas patrias el próximo 18 de septiembre, dentro y afuera del yacimiento San José, fue otro de los temas de conversación en el campamento "Esperanza".
El primero en referirse al tema fue el psicólogo Alberto Iturra, responsable del equipo de apoyo psicológico a los 33 mineros, que se mostró contrario a enviarles empanadas y vino ese día, como había planteado días atrás el ministro chileno de Salud, Jaime Mañalich.
"No podemos arriesgarnos a una indigestión abajo, porque de nuevo perderíamos peso, de nuevo habría deshidratación y de nuevo tendríamos problemas infecciosos que no es saludable", dijo el psicólogo a los periodistas.
Sobre la posibilidad de ofrecerles vino, el psicólogo se opuso "terminantemente" porque no sabe en qué condiciones se encuentran.
"¿Qué pasa si alguien no se lo quiere tomar y se lo da al del lado y el otro tampoco se lo quiere tomar y se concentra el alcohol en tres o cuatro personas? ¿Cómo nos hacemos cargo de eso?", se preguntó Iturra.
En el campamento "Esperanza", varias familias se enfrascaron en una acalorada discusión en torno a los festejos del 18 de septiembre, aunque el centro de la discordia fue cómo celebrar las fiestas patrias en las afueras de la mina San José, no a 700 metros bajo tierra.
Mientras algunos sostenían que no hay nada que festejar, otros veían con buenos ojos la proposición de algunos alcaldes de la zona, que ofrecieron hacerse cargo de la carne para preparar un asado, aunque sin vino ni bebidas alcohólicas.
Reunidos bajo una carpa, ambos bandos sumaron argumentos a favor y en contra hasta que se decidió celebrar las fiestas patrias pero "sin gran pomposidad", según las familias.
Los ediles de Vallenar y Copiapó fueron los encargados de poner paños fríos a la discusión, y recordaron que en el sur del país hay 32 presos mapuches que cumplen 56 días en huelga de hambre
"También hay que recordarlos y rendirles un homenaje", sostuvieron los alcaldes.
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